Notas sobre el cultivo del banano

El banano es una hierba con biotipo arbóreo, pero no un verdadero árbol (principalmente porque carece de tronco) del que brota el banano, es una especie monocotiledónea del género Musa de la familia Musaceae. Es una familia con diferentes variedades, de las cuales se cultivan en Canarias la enana grande, la palmera gruesa, la zelig, la zarza y ​​la Johnson negra. El nombre híbrido Musa × paradisiaca L. se usa comúnmente para denotar todas las variedades y cultivares.3

La temperatura ideal para el cultivo del banano ronda los 25 grados centígrados, y su altura de cultivo debe ser inferior a los 300 metros, condiciones que solo se dan en las plantaciones de las islas. Es un cultivo caro que requiere mucha agua, buenas condiciones de luz, suelo con buena porosidad y drenaje, de textura arenosa pero con arcilla y limo en ciertas proporciones, alto contenido en materia orgánica y pH ácido. Debido a estos condicionantes, el plátano de Canarias se cultiva en todas las islas excepto en Fuerteventura, donde no existen plantaciones. En la fase de siembra y explotación agrícola se minimiza el uso de plaguicidas en favor de productos biológicos.

Puede transcurrir alrededor de un año entre la siembra de la planta madre y la brotación del primer racimo o racimo de plátanos. En este momento es cuando se procede a su amarre, saqueo y desfloración. El atado consiste en apuntalar el bulto con una horca o estaca (palo de madera en forma de Y) para evitar que se caiga por su peso. El embolsado es moderno y se utiliza para cubrir el racimo con una bolsa de plástico para prevenir plagas y enfermedades y promover una distribución uniforme de la fruta. Con el desflorado o desfloración se retira la flor de plátano que queda al final de cada fruto, un laborioso proceso que se realiza de forma manual y que el consumidor puede apreciar en el acabado negro que hay en cada pieza.

Los racimos se cortan de la planta justo antes de su maduración para proceder a su calibrado, selección, despiece, envasado y etiquetado, todo ello de forma manual, permitiendo que el fruto llegue en perfectas condiciones para su venta y consumo final. semanas desde la recolección.

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