Homo agricola: Manejo del suelo
La imagen muestra la porción de suelo que pude extraer de esta finca. Son solo 6 centímetros, no pude clavar más la varilla, por la alta resistencia del suelo. Se observa que en la parte superior el suelo está húmedo y en la parte inferior está casi seco. Conclusiones:
– Suelo poco profundo.
– Suelo muy compacto, es un suelo pesado con alta densidad aparente.
– Tiene baja permeabilidad, el agua no penetra a profundidad y se pierde por escorrentía superficial.
– Suelos de porosidad pequeña, por tanto poco aireados y con posibilidad de problemas de encharcamiento y asfixia radicular.
– Suelo aparentemente pobre en materia orgánica, es decir, suelo pobre en microbiota.
Qué hacer si ya hay un cultivo establecido:
– hacer una pequeña ranura donde se van a introducir los tubos de goteo para evitar escurrimientos superficiales.
– uso de humectantes del suelo que mejoran la penetración del agua.
– manipulación del agua de riego mediante tensiómetros.
Si no hay cultivo, intentar mejorar las condiciones físico-químicas del suelo. Se puede añadir arena y materia orgánica, bien para hacer la molienda típica de Almería o para mezclarla con la tierra original para mejorar la textura, estructura y porosidad, así como un mejor desarrollo de la microbiota.
Partiendo el suelo en profundidad se mejorará la permeabilidad y la profundidad, habrá un mejor drenaje y se evitarán problemas de asfixia, una mayor profundidad de raíces y por tanto un mayor desarrollo de la planta.