Desarrollan nuevas estrategias para paliar los daños que provoca la bacteria ‘Xylella fastidiosa’
el investigador de Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC) Blanca B. Landa lidera el proyecto BeXyl, que monitoreará el desarrollo de bacterias en el campo Xylella fastidiosa. Este patógeno es la mayor nueva amenaza para la agricultura en la Unión Europea y en la región del Mediterráneo. Durante cuatro años, un equipo internacional buscará prevenir y remediar los daños económicos, sociales y ambientales causados por esta bacteria fitopatógena, ayudando a los sectores agrícola, forestal y viverista a mantenerse productivos y sostenibles a largo plazo.
La iniciativa, que está financiada con 6,7 millones de euros por la Administración de Investigación de la Unión Europea, cuenta con la participación de 31 instituciones de 14 países. Entre los miembros se encuentran cuatro países del continente americano donde la bacteria es endémica, y tres países europeos donde este patógeno está presente (España, Francia e Italia). Además, Reino Unido y Australia participan como entidades asociadas con financiación propia (300.000 euros).
El pasado mes de octubre se presentó el proyecto en un evento que reunió a más de 100 investigadores de 10 países diferentes en la ciudad de Córdoba, donde se encuentra el IAS-CSIC. A la reunión asistieron representantes de las Direcciones Generales de Agricultura y Desarrollo Rural y de Salud y Seguridad Alimentaria de la UE, así como representantes de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España. La presentación también incluyó una visita de campo a un vivero de olivos certificado y una finca de naranjos, olivos y almendros.
a las bacterias Xylella fastidiosa Se transmite por insectos vectores y obstruye los vasos que transportan la savia de los árboles, provocando síntomas correspondientes a falta de agua, falta de nutrientes, muerte de ramas e incluso de todo el árbol. “Esta bacteria representa la mayor nueva amenaza para la agricultura en los países de la Unión Europea y la región mediterránea. Tiene un enorme potencial patógeno, ya que infecta y provoca graves enfermedades en diversos cultivos agrícolas de gran importancia económica, como el olivo, vides y almendros, además de afectar a diversas especies silvestres y forestales’, señala Landa.
Ante ello, BeXyl integra el mejor conocimiento científico y técnico disponible para mejorar las posibilidades de prevención, detección y seguimiento de nuevos brotes de Xylella fastidiosa que pueda ocurrir en Europa. Más importante aún es el desarrollo de medidas específicas para implementar nuevos enfoques de IEM (Manejo Integrado de Enfermedades), básicamente por medios biológicos, que puedan desarrollarse en áreas europeas donde actualmente hay brotes de la bacteria. Además, el proyecto contribuirá al lanzamiento de nuevas políticas fitosanitarias relevantes para la UE y otros países asociados.
Para lograr este objetivo global, BeXyl se ha basado en el conocimiento generado por el proyecto H2020 XF-Actors, por la Plataforma Temática Interdisciplinar Sol-Xyl del CSIC y por otros proyectos nacionales e internacionales. De esta manera, se pretende fortalecer la red de investigación de la UE que se ocupa de los brotes de Xylella fastidiosa para garantizar el mejor uso y explotación de los resultados de la investigación logrados hasta el momento.
Para ello, BeXyl se ha fijado ocho objetivos específicos que darán respuesta a los retos establecidos en la convocatoria. Estos abordan temas como el desarrollo de nuevos conocimientos científicos para entender cómo evolucionan las epidemias provocadas por esta bacteria en el clima actual y en escenarios de cambio climático; desarrollar herramientas para monitorear y detectar las bacterias y sus vectores de manera temprana (incluyendo sensores remotos, satélites, olores para perros, etc.); implementación de herramientas de control biológico para controlar las bacterias (comunidades microbianas sintéticas, extractos naturales, fagos bacterianos, etc.); o Identificación y desarrollo de nuevas variedades resistentes de los principales cultivos afectados (olivo, vino y almendro).