Semillero: ¿Cómo puede ayudar a tus cultivos?
Si quieres favorecer el óptimo desarrollo de tus cultivos, desde AEPLA te recomendamos que te plantees la posibilidad de preparar un buen semillero.
A la hora de preparar el terreno agrícola para el inicio de una nueva cosecha, es más que recomendable que recuerdes que presencia de bultosgenerado por compactación natural del suelofavorece la creación de una costra superficial que aumenta la capacidad de absorción del agua de riego y al mismo tiempo reduce el riesgo de que las tierras de cultivo sean desplazadas por efectos de condiciones climáticas adversas.
Por el contrario, si este semillero se afloja demasiado, mediante la aplicación repetida de técnicas de labranza, los recursos hídricos aplicados no impregnarán adecuadamente el suelo cultivado y pueden hacer que se filtre a las capas más profundas del suelo, y por lo tanto su desecho.
En caso de que se considere necesario el uso de tratamientos fitosanitarios diluidos como medida para hacer frente a la presencia de alguna amenaza para la sanidad vegetal del futuro cultivo, este riesgo de filtración y escorrentía es otro elemento a tener en cuenta. , ya que implicará una mayor probabilidad de que las soluciones utilizadas se muevan sin control, no realicen su trabajo de manera efectiva y, a su vez, puedan desarrollar sus efectos en áreas no deseadas.
Por ello, para promover mantenimiento de un semillero óptimoque favorezcan al máximo la germinación, desarrollo y crecimiento de los cultivos, será necesario optar por trabajos de preparación del suelo que ayuden a conservar estos áridos, salvo casos extremos.
Para ello, si tiene previsto utilizar maquinaria agrícola, le recomendamos que utilice la velocidad de rotación más baja posible y elija la velocidad máxima de movimiento de acuerdo con el trabajo específico que esté realizando.
De esta forma, que ayuda a lograr una rugosidad óptima en su semillero, crea un ambiente propicio donde sus cultivos pueden germinar correctamente y tener las mejores condiciones para la absorción natural de los nutrientes de la materia orgánica del suelo y el agua de riego.