Chile, Laboratorio de Innovación Global del Agua

Por Max Amenábar, director de proyectos de Dripsa




Max Amenábar

Chile es una potencia en la producción de frutas y hortalizas en el cono sur y, además, uno de los países más afectados por el cambio climático y la sequía. Esto, que podría entenderse como una paradoja o un gran problema, supone también un ejemplo para que el sector agropecuario -que representa el 4,3% del PIB nacional y emplea a casi 800.000 personas- proyecte su futuro de forma sostenible. . Y lo que es más importante, consolidar un papel de referencia y liderazgo internacional.

La crisis como oportunidad es un mantra que solemos escuchar en contextos similares, pero que no deja de tener sentido en este caso. La innovación tecnológica será el factor fundamental para que la producción de frutas, verduras y hortalizas en Chile satisfaga las necesidades globales de disponibilidad de alimentos lograda con un impacto global reducido.

Por un lado, el contexto climático actual exige que cualquier actividad económica minimice su impacto en el planeta y utilice los recursos naturales de la forma más eficiente posible. Por otro lado, el crecimiento de la población aumenta la necesidad de alimentos con mayor valor nutritivo, en –otra paradoja en el contexto– en una superficie cultivada menor.



Como elemento adicional, su pérdida durante el proceso aparece como una gran amenaza. Por ejemplo, en el caso local en caso de fenómenos climáticos como heladas o escasez de agua para determinados cultivos.

Hay muchos ejemplos a lo largo de la historia donde los países se han convertido en referentes de conocimiento de frontera en contextos complejos: conflictos y guerras, choques ideológicos o posiciones geográficas desfavorables han fomentado el fortalecimiento de las industrias locales, generado investigación y desarrollo que aceleran la transferencia de soluciones tecnológicas que generan impactos. .

Antes de la escasez de agua, las haciendas agrícolas utilizaban agua de libre disposición e inundaban sus cultivos con un bien que se percibía como abundante. Hoy, la prensa nos lleva a hacer las cosas de una forma diferente, responsable y sostenible. Tenemos el conocimiento para esto. Los proyectos de ingeniería de alto nivel son cada vez más frecuentes en las plantas industriales.

Las soluciones de menor escala, pero igualmente útiles e innovadoras, se ven con mayor frecuencia en las plantaciones más pequeñas. Si se conocen los cultivos o las técnicas de producción en otros mercados, se puede concluir que el sector agropecuario y sus servicios derivados tienen el conocimiento para materializar avances cada vez mayores, como ya se ha hecho.

Un número lo justifica todo: 40 litros de agua por segundo, a través de sistemas de surcos, es posible regar entre ocho y diez hectáreas. Por otro lado, diversas técnicas de riego por goteo cuadriplican la superficie de cultivo con la misma disponibilidad de recursos hídricos.

El gran desafío global que representa para la humanidad la producción de alimentos en un entorno de crisis climática puede convertir a Chile en un laboratorio natural para la innovación tecnológica. Para ello, la industria necesita seguir impulsando mejoras, el gobierno proporciona los incentivos adecuados y el ecosistema de I+D diseña soluciones con mayor creatividad e impacto.

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *