Suscripciones en tiempos de crisis

FERTILIZANTE EN TIEMPOS DE CRISIS

La pandemia producida por el Covid-19, entre otros males, ha provocado un aumento de los precios de la energía y las materias primas y por tanto de los fertilizantes. Ahora, con la crisis de la guerra de Crimea, no sabemos hasta dónde pueden llegar estos aumentos. El caso es que en la zona han aparecido ofertas de abono, lo que puede generar confusión. Daré dos ejemplos de fertilizantes cuyas etiquetas muestran números similares a los que se encuentran en el nitrato de potasio y pueden inducir a confusión.

En este primer ejemplo, la información sobre la composición nutricional del fertilizante aparece claramente en la etiqueta, aunque en letra pequeña. El problema es que muchas veces las etiquetas no las mira nadie, ni un vendedor, ni un comprador, ni ningún técnico. La realidad es que esta aparente similitud entre el sebo y el nitrato de potasio podría hacer pensar que son similares a los fertilizantes y, de hecho, nutricionalmente hablando, se podría decir que son casi iguales. Las dos grandes diferencias son:

– Todo el nitrógeno que contiene este fertilizante se encuentra en forma de urea. En el nitrato de potasio, todo el nitrógeno está en forma de nitrato.

– El potasio que contiene debe estar necesariamente asociado al cloruro, ya que si estuviera asociado al sulfato, normalmente debería estar en la etiqueta la riqueza de azufre (S) o trióxido de azufre (SO3), que es la única alternativa disponible. Las normas que rigen los fertilizantes CE no exigen que se declare el contenido de cloruro de los fertilizantes.

En definitiva, se pueden reponer 100 kg del abono 11-0-46, es decir, se puede “hacer” mezclando 25 kg de urea y 75 kg de cloruro potásico. Esta cuenta es muy fácil de crear. La urea tiene un 46% de riqueza en N, por lo que para aportar 11 kg de N se necesitan 23,9 kg de urea (11/0,46). El cloruro de potasio es rico en K2O al 60%, y para dar 46 kg de K2O se necesitan 76,6 kg de cloruro de potasio (46/0,60).

Este segundo ejemplo es para una suscripción CE 9-0-43 (30). Su contenido declarado en la etiqueta tiene nitrógeno en forma de nitrógeno (3%) y en forma de urea (6%). La riqueza de K2O es del 43% y no puede ser de cloruro de potasio, ya que ahora hay una riqueza de trióxido de azufre del 30%, lo que indica que la mayor parte del potasio está en forma de sulfato.

Para “hacer” 100 kg de este fertilizante complejo, con sus mismas propiedades nutricionales, se deben mezclar 13 kg de urea, 21 kg de nitrato de potasio y 66 kg de sulfato de potasio. Sin embargo, no tendríamos un fertilizante similar, ya que el fertilizante en cuestión en este caso también contiene un inhibidor de la nitrificación.

Con estos datos y con los precios de cada una de las citadas suscripciones se pueden realizar valoraciones económicas de las alternativas propuestas. No obstante, es recomendable asesorarse con un técnico cualificado, ya que el aspecto económico no es lo único a tener en cuenta a la hora de decidir una nutrición equilibrada y eficaz para nuestros cultivos.

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